Gestión del cambio, Procesos, Transformación

Convertir el CAOS en ventaja: una transformación digital con enfoque humano

Convertir el CAOS en ventaja: una transformación digital con enfoque humano En un mundo definido por múltiples capas de caos, saturación y aceleración constante, retomando algunos conceptos del artículo “Liderar ya no es suficiente…” , transformar digitalmente ya no es solo actualizar sistemas o implementar lo novedoso o innovador: es redefinir estrategias, estructuras, procesos, tecnologías aplicadas al negocio y formas de liderazgo con una visión profundamente humana, que incidan y aporten a dar forma a un sistema cultural integral. En este contexto, mientras la inversión en Transformación Digital proyecta alcanzar los USD 3,4 billones en 2026 con un crecimiento del 16 % al año, más del 70 % de los proyectos fracasan o se quedan a medio camino (no es casualidad que esta misma cifra en promedio sea la que se refleja en múltiples mediciones como Chaos Report, las que regularmente emite PMI en el pulso de la profesión, entre otros, desde hace más de una década). La pregunta relevante es: ¿Por qué?, porque la tecnología no se integra con la cultura, los datos no se convierten en decisiones y el liderazgo y otros Stakeholders no acompañan el cambio, como reflejo actual de lo anterior, solo el 5 % de las organizaciones ha logrado transformar por completo un dominio funcional con IA, e decir lograr integrar completamente la inteligencia ampliada en una función clave de negocio, y esa baja adopción refleja una brecha estructural. Sin embargo, a pesar de ese contexto, cuando la transformación se aborda con enfoque humano, los resultados se multiplican. Las empresas verdaderamente data-driven y con una visión humanizada son 23 veces más efectivas para captar nuevos clientes, 6 veces más eficientes para retenerlos y hasta 19 veces más rentables que sus pares. Incluso se ha demostrado que aquellas con capacidades maduras en la adopción de IA y tecnologías de punta alcanzan retornos entre 2 y 6 veces superiores a los rezagados, y aunque el 65 % de las organizaciones ya emplean Gen AI de alguna forma, apenas el 11 % ha logrado escalar estos esfuerzos con estrategia, estructura, indicadores y gobierno adecuados . A esto se suma el enorme potencial que aún hoy tiene la integración de RPA (Robotic Process Automation), con la que se puede reducir el esfuerzo manual en tareas repetitivas hasta en un 80 %, disminuir errores operativos casi al 100 % y generar un retorno de inversión del 250 % en el primer año. Como ejemplo en el sector seguros donde hemos trabajado en varias oportunidades, automatizar procesos como el ingreso de datos, la activación de pólizas o la gestión de reclamos permite liberar talento humano para tareas más relevantes de análisis, relación con el cliente o innovación. Lo anterior, sin mencionar el potencial mayor cuando se integra con IA. Pero en este contexto de Datos, Automatizaciones e IA, transformar implica también proteger, es más, es tal vez el lado más crítico y estratégico, muy vinculado a la resiliencia organizacional de la que hablaremos en un próximo artículo y que en breve sin duda será un superpoder para avanzar ante el CAOS global. En un escenario donde el costo del cibercrimen se estima en USD 10,5 billones anuales para 2025 y donde el 45 % de las organizaciones ha sufrido ataques en su cadena de suministro, la ciberseguridad deja de ser un asunto técnico y se vuelve totalmente estratégico y solo con arquitecturas zero-trust, IA defensiva, cifrado y procesos con QA desde el diseño se puede operar con mucha confianza, pero se requiere integrar aquí, a este nivel, el factor humano, que es altamente vulnerable, para lograr  un entorno controlado donde se afronte integralmente el CAOS que también es digital. Si vemos, en resumen, ciberseguridad, datos, IA y automatizaciones, es y debe ser liderado por personas, ya que cuando el liderazgo es visible, transversal y comunica con frecuencia, la probabilidad de éxito en procesos de transformación se multiplica por 12 (en promedio según varias mediciones) y los líderes, de la mano de diversos Stakeholders, deben integrar lo digital sin perder humanidad: comunicando con transparencia, generando confianza, tomando decisiones con base en datos y fomentando culturas donde el error, ni se premia ni se penaliza, si no que se transforma en aprendizaje. Un ejemplo seguro de cómo lograrlo Un buen ejemplo de cómo integrar todos estos elementos es lo que ocurrió con uno de nuestros clientes del sector asegurador, una empresa que lidera el mercado de seguros patrimoniales y de vida, que durante años, enfrentaron procesos operativos manuales, tiempos de respuesta complejos en siniestros y alta exposición a riesgos tecnológicos. Para ellos, la transformación organizacional comenzó con un rediseño profundo de procesos, implementando big data y analítica avanzada para segmentar clientes, ajustar primas dinámicamente y detectar patrones de fraude con IA, también se desplegaron bots de RPA en las áreas de emisión de pólizas, actualización de datos y procesos de reclamos, automatizando más del 75 % de las tareas repetitivas, pero sin perder la calidez y contacto directo con el cliente que les caracteriza y estratégicamente no podían perder pues es uno de sus mayores diferenciales y referentes. En paralelo, se robusteció toda la arquitectura de ciberseguridad con un enfoque preventivo basado en detección automática, modelo zero-trust, simulacros permanentes y gobernanza de acceso, lo que permitió eliminar vulnerabilidades críticas y reducir ampliamente los incidentes de seguridad registrados en el primer año. El cambio más poderoso, sin embargo, vino desde adentro: la compañía invirtió en formación de líderes, empoderamiento, comprensión del cambio y la transformación y equipos con enfoque en IA ética, pensamiento analítico, seguridad digital y cultura del dato, con campañas y acciones transversales, en donde los equipos de TI y negocio comenzaron a operar bajo modelos colaborativos ágiles, midiendo el impacto con indicadores de negocio claros, transparentes y ampliamente socializados de manera transversal. Los resultados fueron evidentes en solo 12 meses: eficiencia operativa aumentó un 20 %, el tiempo de respuesta a reclamos se redujo en un 50 %, los fraudes disminuyeron un 30 %, y los proyectos de IA y RPA entregaron un retorno superior al 25 %, la satisfacción del cliente subió al 91 % y el compromiso interno se disparó al 85 %.

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QAP™ – Quick Adoption Process

QAP™ – Quick Adoption Process Nuestra metodología consultiva para el cambio y la transformación sin fricción Imagina una metodología que nace en el 2009, que ha venido evolucionando con el conocimiento, la experiencia y la práctica y que está diseñada para poner en marcha tu organización desde el primer día, sin detener operaciones, sin desgastar a tu gente ni recurrir a paquetes estándar del tipo “2 actividades de A + 8 sesiones de B, etc.”. QAP™ es justo lo contrario: una metodología consultiva estructurada y efectiva, con visión de proceso fluido, donde no hay “saltos” ni tiempos muertos visibles, que se ejecuta en un entorno híbrido y en donde combinamos técnica, lo mejor de marcos internacionales y mucha humanidad para generar valor real y sostenible. En ese contexto, desde el primer momento activamos pilotos funcionales (MVP), en donde realmente son útiles y generan valor, entregando resultados tangibles y detectando bloqueos y resistencias reales que generan impacto en el proceso, alimentando el diagnóstico, orientando ajustes en tiempo real y demostrando que en QAP™ acción y aprendizaje van de la mano, cambiando la rueda mientras el carro avanza. ¿Cómo funciona QAP™ en la práctica? Avanzamos simultáneamente en cinco fases correlacionadas y “atemporales” pues no es un paso a paso lineal si no un sistema vivo que se retroalimenta constantemente: Context Analysis: identificamos emociones, hábitos, costumbres y puntos críticos mediante entrevistas, focus group, instrumentos con fundamentos en neurociencias y observación directa. Adoption Configuration: esa información se traduce en una estrategia y un plan operativo robusto, con roles claros (líderes, embajadores, mentores) y KPIs alineados a objetivos de negocio. Adoption Facilitation: desde el día 1, mientras avanza en paralelo  Context Analysis y Adoption Configuration, ejecutamos acciones en el primer MVP basados en las realidades/necesidades expuestas por el cliente y detectadas desde la preventa y en las primeras interacciones, con soporte documentado, análisis en tiempo real y ajustes inmediatos que aportan a eliminar la fricción sobre la marcha. Engagement Promotion: activamos narrativas y dinámicas conectadas al propósito y la visión de cambio, celebramos hitos con reconocimiento responsivo y diseñamos experiencias que unen a los Stakeholders en torno a un factor común que los impulsa y los anima desde la legitimidad. Continuous Adoption: consolidamos los resultados, documentamos buenas prácticas y entregamos una ruta a seguir, de manera autónoma, aprovechando los aprendizajes adquiridos por el equipo en todo el recorrido y entregando herramientas para que el cambio siga consolidándose hasta alcanzar los indicadores definidos, asi es nos basamos en datos e indicadores, por eso hablamos de una gestión del cambio Data-driven. Enfoque híbrido y cultural El valor de QAP™ radica en su capacidad de equilibrar precisión técnica, tipo navaja suiza, y flexibilidad operativa. Los resultados hablan por sí solos: las organizaciones que aplican métodos iterativos mejoran su desempeño entre un 30 % y un 50 %, y reducen los tiempos de respuesta en hasta un 50 %, sin embargo, más allá de la agilidad, QAP™ incorpora rigor estructurado para garantizar control y calidad, de allí que hablemos de un entorno hibrido. Por otro lado, la cultura organizacional no es un elemento decorativo o alterno, ya que elegir bien la estrategia cultural potencia la adopción del cambio, es así como  nuestra metodología se ha enriquecido con nuestro modelo sistémico centrado en el ser humano de fuente invertida, caso de éxito en varias organizaciones en Latinoamérica y también caso de estudio en algunas universidades, el cual trabaja la cultura desde dentro, desde la base, para sustentar el cambio. Cuando activamos este enfoque, ayudamos a las organizaciones a generar confianza (Speak up), colaboración, apertura y resiliencia, pilares reconocidos como esenciales para una transformación híbrida, un enfoque dual que integra simultáneamente mejoras tanto tecnológicas (aprovechando incluso tecnologías de punta como la IA generativa, entre otras) como culturales y organizacionales, con una ejecución ágil y operación continua, es decir, no se trata de elegir entre lo digital o lo humano, lo técnico o lo emocional; se trata de conjugar ambos para alcanzar un cambio sostenible. Gracias a un enfoque que va más allá de lo funcional, QAP™ se convierte en la columna vertebral de nuestros procesos de transformación digital, cultural y organizacional, está diseñada para armonizar avances tecnológicos, cambios culturales sostenibles y evolución operativa, generando valor desde el inicio, con una naturaleza sistémica que asegura resultados reales y sostenibles, incluso en contextos híbridos complejos donde se mezclan estrategia, estructura, procesos, tecnología, personas y cultura, en donde hemos generado resultados excepcionales y tangibles, transformando a las organizaciones a través de las personas. Bio‑neuro‑emoción: la fuerza invisible del cambio El centro de QAP™ no es solo lo técnico, como ya lo dijimos, comprendemos que la adopción efectiva nace de abordar tres capas esenciales en cada persona: lo emocional (“no quiero”), lo cognitivo (“no sé cómo”) y lo conductual (“no puedo”), en un entorno sistémico que se retroalimenta, esto se basa en fundamentos científicos que vinculan pensamiento, emoción y acción. Como ejemplo, al tomar en cuenta cómo percibe el cerebro social el riesgo y la recompensa, diseñamos intervenciones que legitiman emociones, las resignifican en un proceso de racionalización, llevando a modificar creencias y comportamientos, promoviendo nuevas prácticas  e impulsando no solo un cambio si no una transformación real, sostenible y humana, actuando desde el ser para el hacer. Así se vive QAP™ en la vida real Una fábrica de alimentos con más de 2.500 trabajadores y terceros involucrados directa e indirectamente en la implementación de un nuevo ERP que cambiaba por completo procesos y formas de trabajar, decide implementar en tiempo record, con la premisa de no detener la producción o impactar al negocio. En este contexto QAP™ se desplegó así: Context Analysis (días 1–10): entrevistas con operarios y supervisores, aplicación del instrumento GDC 360 y focus group para mapear emociones, resistencias, competencias y áreas sensibles, a nivel de Keystakeholders y grupos de interés. Adoption Configuration (días 10–20): definimos estrategia y plan, a la par roles y funciones, KPIs o KBOs críticos y aportamos en paralelo al primer MVP que se estaba ejecutando. Adoption Facilitation (día 1 a semana 6 primer MVP

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De la voz al valor generado: Un modelo sistémico humanista de cultura organizacional

De la voz al valor generado: Un modelo sistémico humanista de cultura organizacional Actualmente, la transformación cultural ha evolucionado hacia un ecosistema orgánico, donde cada componente sostiene a los demás: autenticidad, cuidado y bienestar, propósito, desarrollo, agilidad, tecnología, inclusión e innovación forman un engranaje interdependiente y coexistente capaz de impulsar resultados sostenibles. Todo comienza con la autenticidad radical y el Speak Up, cuando las organizaciones despiertan una cultura donde las personas se sienten seguras para expresar preocupaciones, ideas o errores, la transparencia deja de ser un discurso y se convierte en acción, han institucionalizado canales de voz, con liderazgo que escucha y actúa, y por tanto reportan aumentos de más del 20 % en la confianza, que en últimas se refleja en los resultados. Esa apertura activa genera un entorno de bienestar real, dando pie a una organización que integra salud mental, flexibilidad y respaldo humano que no solo reduce el burnout, sino que obtiene trabajadores un 82 % más productivos y 95 % más comprometidos, en donde el Speak Up vuelve a jugar un rol central: hablar a tiempo sobre bienestar previene crisis colectivas. Con confianza y bienestar, se sientan las bases humanas necesarias para imprimir un propósito vivo. Ya no se trata de un slogan bonito, sino de una brújula diaria que se convierte en guía al alinear cada rol y decisión con objetivos superiores, y el Speak Up funciona como radar: detecta inconsistencias y fortalece la coherencia cultura-operativa, que es en últimas lo que se vive día a día. Cuando el propósito está vigente, florece el desarrollo interno, en donde las organizaciones invierten en upskilling, reskiling y movilidad interna alineando así talento con propósito; de hecho, más del 80 % de las empresas prefieren, ante la dinámica de mercado actual, desarrollar talento desde dentro de su organización en lugar de contratar externamente o traer nuevos colaboradores. Cabe anotar que en este contexto, el desarrollo fortalece el compromiso y nutre la agilidad cultural. Es así como ese talento preparado activa un liderazgo distribuido y ágil, con equipos empoderados, ágiles y autónomos (porque se tiene confianza cimentada),  que pueden responder con velocidad a los desafíos demandados por el contexto y el día a día y en donde la tecnología (IA, plataformas híbridas, workplace tools, entre otras) no es un fin, sino un canal para potenciar decisiones humanas, es decir se pasa al concepto de amplitud en lugar de una adopción de lo artificial. En este contexto, al automatizar tareas operativas, se liberan recursos mentales, reportando ahorros semanales de hasta 3,3 horas por persona que se pueden invertir en el crecimiento organizacional. Bajo esta visión, la inclusión genuina es la norma, no el impulso de una iniciativa que llega por moda, necesidad o estrategia, ya que no basta con sumar diversidad: hay que amplificarla y entenderla en contexto, definiendo incluso que es diversidad, equidad e inclusión en el marco organizacional y escuchando a las personas que pueden mostrarnos un panorama muy heterogéneo de lo que consideran DEI y como la sienten y la viven para hacerla crecer, entendiendo que equipos que vivan bajo esta forma de trabajar rinden hasta 2,5 veces más y aportan innovación real; en donde con espacios seguros para hablar, esa diversidad se expande. Cuando estos factores convergen, surge la innovación sistémica, un efecto que podemos incluso llamar colateral, en donde no se trata de momentos aislados, sino de un flujo constante de nuevas ideas, prototipos, aprendizajes rápidos y adaptación, en un entorno sistémico para competir y crecer sin fricción, en donde la confianza crea un escenario que se retroalimenta y se nutre constantemente, más en estos momentos de incertidumbre y tensión, en el que los seres humanos buscamos mayor certeza y tranquilidad. El engranaje sistémico en acción Cada paso refuerza al anterior y prepara el terreno para el siguiente, si uno falla, todo puede desmoronarse y si uno crece, el impacto es exponencial. Un ejemplo de éxito: Copeinca y su cultura optimista Copeinca, a quien acompañamos ya hace algunos años en la cimentación de su proceso de Transformación Cultural tras una fusión por adquisición, es la pesquera industrial más grande del Perú y el camino que ha desarrollado a nivel de su forma de ver la organización y vivir sus formas de trabajar ilustra cómo este sistema puede funcionar en terreno real. A la par de trasegar un largo proceso para formalizar su fusión, misma que concluyó en abril de 2024, Copeinca ha trabajado fuerte en consolidar su cultura alrededor de valores como colaboración, pasión, excelencia, respeto y resiliencia, mismos que han ido evolucionado a lo largo de los años. A ello, lo acompaña un Speak Up y autenticidad institucionalizada, que permitió recibir, validar y responder desde las distintas zonas operativas lo que reflejaba a nivel de comportamientos deseados y observables cada valor, impulsando desde el inicio un diálogo fluido y directo con todos los Stakeholders. Ese ambiente de honestidad, transparencia y respaldo facilitó un bienestar estructurado, impulsado desde la dirección, en donde se promovieron temas como: educación básica vía programa CRECER, institutos asociados para formación continua, seguridad laboral y “espacios de respiro” dentro de la operación diaria de la flota, buscando y promoviendo siempre un entorno de relaciones laborales saludables en todos los ámbitos. En este contexto, el propósito corporativo evolucionó y ganó vida: “Trabajamos con optimismo para nutrir a las personas y cuidar el planeta en todas nuestras acciones, en cada embarcación y sede, así como en cada uno de nuestros productos.” Ese propósito que nació originalmente bajo una estructura similar y que a hoy ha ido tomando nuevas formas alineándose al contexto y dinámica del negocio alimenta proyectos de sostenibilidad como: voluntariado “Remando Juntos”, gestión ambiental, reportes GRI y certificaciones internacionales (ISO 14001, Friend of the Sea…, etc.). Como parte del fortalecimiento de la cultura y en el marco de una mejora continua, el propósito y aprendizaje interno se conectaron con el desarrollo del talento: movilidad, liderazgo por competencias, roles expandidos dentro de la misma organización, entre otros, ha creado un marco de agilidad en un entorno real, gestada desde la

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Liderar ya no es suficiente: del caos al propósito, en un mundo que exige líderes humanos, valientes y transformadores

Liderar ya no es suficiente: del caos al propósito, en un mundo que exige líderes humanos, valientes y transformadores No estamos simplemente en una época de cambios. Estamos, sin duda, en un cambio de época, y liderar en medio de un cambio de época es muy distinto a liderar una época de cambios. No basta con adaptarse: hay que reaprender lo que significa liderar, repensar nuestras formas de relacionarnos con las personas, con los equipos, con la incertidumbre, incluso con nosotros mismos. Liderar hoy es, sin duda, uno de los desafíos más complejos y exigentes que enfrentamos, y no hablo solamente de liderar equipos o estrategias, me refiero al liderazgo como forma de habitar la vida, de ser en el mundo, de responder a lo que ocurre en lo personal, en lo familiar, en lo social y en lo organizacional. Durante años, tratamos de entender este entorno cambiante con conceptos como VUCA y BANI. Nos ayudaron a nombrar la volatilidad, la ansiedad, lo no lineal, la ambigüedad. Pero hoy, eso ya no alcanza. Hablar de VUCA o BANI ya no es suficiente. Nos enfrentamos a realidades “Sui generis”, donde lo nuevo no se parece a nada anterior (TUNA), donde las paradojas gobiernan las decisiones (RUPT), y donde todo parece estar enredado en múltiples capas de caos, saturación y aceleración constante (CAOS). Y lo más desafiante de todo es que el cambio ya no da señales previas: ocurre mientras aún estamos procesando el anterior, por eso, no se trata de liderar el cambio… sino de liderar desde el cambio, lo que requiere una mentalidad distinta, no solo rápida, sino evolutiva, una lógica que prioriza el aprendizaje continuo, el rediseño consciente, la confianza como activo estratégico y la adaptación con propósito: eso que hoy muchos reconocen como Delta Thinking. Las nuevas reglas no están escritas Muchos líderes aún se aferran a modelos de poder donde “mostrar menos” es “protegerse más”, creen que esconder sus logros o sus fracasos les da ventaja, a veces lo hacen frente a la competencia, pero muchas veces, y más peligrosamente, lo hacen dentro de su propio equipo. Se guardan las ideas, las intenciones, incluso los errores, con la ilusión de evitar el juicio, la crítica o la envidia, y no lo hacen por maldad, lo hacen por miedo, por esa vieja creencia de que ser transparente es visto como debilidad y eso lo hace vulnerable. Incluso piensan que si nadie ve cuánto avanzan, nadie querrá detenerlos. Pero esa oscuridad, esa falsa protección, termina siendo el mayor riesgo, porque lo que no se dice, se inventa, se recrea desde la imaginación y desde el pasillo, lo que se oculta, se especula, y en ese espacio crecen los rumores, los comentarios intencionados, los supuestos de favoritismo, las teorías sobre lo que “en realidad” está pasando y la desconfianza se vuelve el aire que se respira…, cuando eso  ocurre, la cultura interna se debilita desde sus raíces. La transparencia no es ingenuidad, es liderazgo, es tomar el control antes de que otros lo hagan por ti, es tener el coraje de mostrar la realidad como es, para quitarle poder a la fantasía destructiva y es en últimas una forma silenciosa, pero poderosa, de blindar la cultura con lo más preciado y poderoso que podemos entregar y recibir, la confianza. El liderazgo verdadero no impone, expone… y guía. No se trata de contar todo sin razón, se trata de contar lo que importa para construir sentido compartido y viajar juntos hacia un propósito común que sea válido, legitimo, apropiado y vivido realmente tanto al interior como al exterior de la organización. En este contexto, la información no es amenaza cuando se usa para empoderar, al contrario, cuando los equipos comprenden el “para qué” de lo que hacen, la energía cambia, la desconfianza baja, la cooperación sube y el liderazgo pasa de ser un escudo a un faro que guía en la oscuridad. Hoy más que nunca, liderar implica tener conversaciones que incomodan, decir verdades que no siempre gustan y ser radicalmente claro en un entorno donde lo ambiguo se ha vuelto regla y un intento de proteger lo adquirido, aquello que creemos, ilusoriamente, propio o merecido, pero que muchas veces nace más del ego que del ser y del deseo genuino de servir, en donde la envidia, que es parte de lo humano, desaparece cuando se encuentra con la verdad desnuda y bien dicha. Cinco recordatorios para liderar en medio del caos y la complejidad La transparencia no te debilita, te posiciona. Ser claro con tus equipos es una forma de ejercer poder real, no simbólico, ya que el poder viene de la confianza y no del temor. Lidera con “mentalidad Delta”. Deja de buscar estabilidad para actuar, aprende en movimiento, ajusta, recalibra, repite y nunca dejes de escuchar. Reconoce que en entornos TUNA y RUPT, las decisiones no son perfectas. Son posibles, son humanas y siempre implican algún nivel de contradicción e incluso indecisión. En contextos de CAOS, simplifica sin ocultar. Tu equipo necesita anclas que generen estabilidad, seguridad psicológica (te invito a profundizar en Speak Up) y certidumbre dentro de la incertidumbre, con sentido y humanidad. Más que grandes planes, busca grandes verdades. Sé el mismo líder en casa y en la oficina. Corto y contundente, la coherencia es hoy el diferencial más escaso y más poderoso, mismo que impulsa y aporta a la confianza y lo mejor, empieza por ti, está en tus manos y es un super poder. Liderar es integrar, no fragmentar Cuando separas tu rol de líder de tu identidad como ser humano, el impacto se diluye, pero cuando los unes, cuando lideras desde tu esencia , no desde la pose ni desde el cargo o desde el ego, el impacto se multiplica y amplifica, porque liderar no es una técnica o un modelo, es una forma de vivir. Es desde allí donde ocurre la verdadera transformación: cuando el liderazgo atraviesa lo profesional, lo emocional y lo social, cuando entiendes que tus decisiones de

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Gestión del cambio: más que un complemento, una estrategia decisiva para el éxito

Gestión del cambio: más que un complemento, una estrategia decisiva para el éxito En los últimos años, las organizaciones han acelerado sus procesos de transformación digital, eficiencia operativa y reestructuración organizacional, entre otros, a fin de alinearse de la mejor manera al entorno dinámico y cambiante. Sin embargo, el factor humano, clave en la adopción de cualquier cambio, continúa siendo subestimado en muchas iniciativas. Diversos estudios coinciden en hallazgos críticos y de los cuales los promedios vienen siendo evidentes y constantes desde hace algunas décadas: Solo una de cada tres iniciativas de cambio organizacional tiene éxito (Gartner, 2022). Los proyectos con una gestión del cambio efectiva tienen 6 veces más probabilidades de alcanzar sus objetivos, y hasta 5 veces más probabilidades de finalizar a tiempo (Prosci, 2023). Además, logran un ROI 25% superior, reducen los costos de soporte hasta en un 20%, y alcanzan tasas de adopción de usuarios de entre 80% y 90% en los primeros meses. Este panorama revela que el éxito de un proyecto no depende exclusivamente de su tecnología o diseño técnico, sino de la capacidad de las personas para entender, adoptar y sostener el cambio.   El dilema: ¿Gestión del cambio especializada o incluida como valor agregado? En algunos esquemas de contratación, la gestión del cambio se ofrece como un “valor agregado” dentro de proyectos más amplios, por ejemplo, implementaciones tecnológicas o de eficiencia operativa. Aunque esto puede parecer conveniente desde una perspectiva de compras o de optimización de presupuesto, es importante considerar con objetividad sus implicaciones. En muchos casos, incluir la gestión del cambio como una extensión de un contrato técnico puede limitar su efectividad al: Tratar el componente humano como un apéndice, no como un eje transversal y clave. Asignar recursos genéricos sin experiencia especializada y profunda en procesos de cambio organizacional. Enfocarse en la entrega de productos (manuales, comunicaciones) sin una estrategia de adopción sostenida ni medición de impacto real. Alcance acotado a temas táctico operativos que no generan un resultado visible y sostenible. Al tener un “costo oculto” tiene una visión limitada del proceso, que afecta el alcance y por ende el resultado. Es importante aclarar que no se trata de invalidar estas ofertas, sino de invitar a los tomadores de decisión a reconocer los riesgos asociados cuando no se cuenta con una gestión del cambio robusta, estructurada y estratégica.   ¿Por qué contratar la gestión del cambio como un proyecto especializado? Cuando se aborda como un proyecto autónomo, la gestión del cambio puede: Integrarse desde el inicio con la estrategia, cultura y liderazgo. Trabajar de manera integral y sistémica en relación al plan de trabajo del proyecto y no solo como “activaciones” específicas en ciertos momentos del proyecto. Contar con recursos expertos que acompañen el proceso humano de cambio y transformación. Generar indicadores concretos sobre adopción, apropiación y sostenibilidad del cambio. Minimizar resistencias internas, acelerar la curva de aprendizaje y aumentar el retorno de la inversión. Los resultados lo demuestran: las organizaciones que invierten en gestión del cambio estructurada tienen más del doble de probabilidades de mantener sus proyectos dentro del presupuesto, alcance y tiempo, y logran consolidar de manera concreta y visible los beneficios en menor tiempo. Por ejemplo, en proyectos de transformación digital, los usuarios alcanzan su nivel esperado de productividad entre máximo 3 y 4 meses después de la implementación, comparado con 6 o más meses en proyectos sin enfoque humano. En la experiencia hemos visto proyectos de hasta 12 meses de estabilización.   Mínimos que deben evaluarse al contratar gestión del cambio Para garantizar una gestión del cambio eficiente, efectiva y generadora de valor, no basta con que esté “incluida” en un contrato mayor, con “beneficios” económicos preliminares. Recomendamos a las organizaciones establecer ciertos mínimos técnicos y estratégicos al evaluar cualquier oferta: Metodología formal y probada: La gestión del cambio no debe ser improvisada. Pregunte qué marco metodológico se usará. Modelos como HCMBOK® (Human Change Management Body of Knowledge) o Prosci brindan estructura, medición y control. Herramientas de medición: ¿Cómo se medirá la adopción, la apropiación y el éxito del cambio? ¿Existen herramientas que generen datos y permitan tomar decisiones informadas durante el proceso? ¿Van dichas mediciones más allá de lo táctico operativo y dan información relevante sobre el ROI? Experiencia específica en gestión del cambio: No todos los consultores o implementadores tienen experiencia real acompañando procesos de cambio organizacional. Exija referencias concretas, casos similares y perfiles profesionales dedicados. Cobertura de las dimensiones humanas: Una buena gestión del cambio cubre aspectos emocionales, culturales, estructurales y de liderazgo, vistos incluso desde neurociencias aplicadas. No se limita a la “capacitación” o la “comunicación”. Transferencia de capacidades internas: El proveedor debe fortalecer las competencias del equipo interno, no generar dependencia. La sostenibilidad del cambio debe quedar en manos de la organización al finalizar el proyecto y debe tener un plan claro trazado en relación al logro de los indicadores establecidos. Alcance: determinar que lo que prometen y comprometen va más allá del cumplimiento de un entregable que suele ser un estándar (copy paste) y verificar que existen estrategia, plan y acciones conexas al mismo, que de manera estructurada van a generar un impacto real y medible del proceso de cambio y transformación.   Tres60: diferenciales que aseguran impacto real En Tres60 Consultores, entendemos que la transformación no se trata solo de procesos o tecnología, sino de personas capaces de hacerlos realidad, impactando productividad y sostenibilidad. Por eso, abordamos cada proyecto de gestión del cambio como un proceso estratégico, con beneficios medibles y sostenibles. Nuestros principales diferenciales incluyen: Enfoque sistémico e integral: No trabajamos el cambio de forma aislada, ni como momentos (inicio, intermedio y cierre) o acciones específicas que resultan ser solo un “paliativo”. Integramos cultura, liderazgo, estrategia, procesos, tecnología y estructura, generando procesos de cambio que se convierten en el tiempo en transformaciones profundas y duraderas. Metodologías reconocidas (HCMBOK®) y probadas (Quick Adoption Process)®: Somos representantes exclusivos para Colombia, Panamá y Honduras del HCMBOK, lo que garantiza un enfoque certificado y profesional, a la par que creamos

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¿Cómo lograr un cambio intrapersonal efectivo y eficiente?

¿Cómo lograr un cambio intrapersonal efectivo y eficiente? En conversaciones recientes con estudiantes universitarios, colaboradores, líderes de equipo, gerentes y hasta juntas directivas, he encontrado un patrón repetido: todos quieren cambiar algo en sus vidas, pero no saben cómo hacerlo. Quieren dejar de fumar, mejorar sus relaciones familiares, liderar mejor, bajar de peso o transformar su manera de pensar y actuar, pero se sienten atrapados entre el deseo de cambio y la inercia de lo conocido. ¿Por qué sucede esto? Porque nadie nos ha enseñado cómo cambiar desde el ser para transformar el hacer. Y es ahí donde comienza la verdadera transformación: en el cambio intrapersonal. ¿Qué es el cambio intrapersonal? Es el proceso consciente de transformación interna, donde revisamos nuestras creencias, emociones, hábitos, costumbre, valores y pensamientos para evolucionar hacia una versión más auténtica y efectiva de nosotros mismos. No se trata solo de modificar conductas visibles, sino de reconfigurar lo que nos mueve desde adentro, la motivación intrínseca que le da el impulso a la proactividad. Barreras y retos comunes Cambiar no es sencillo. ¿Por qué cuesta tanto? Resistencia emocional al cambio: miedo, culpa, facilismo (conectado a la zona de confort, de menor gasto energético) o inseguridad, entre otros factores. Creencias limitantes: “yo no sirvo para eso”, “ya soy muy grande para cambiar”, “Si el mundo es así, pues yo respondo así…”. Falta de metodología clara: queremos cambiar, pero no sabemos por dónde empezar, ni que pasos seguir. Falta de motivación sostenida: el entusiasmo inicial se apaga ante la primera dificultad, bien porque la amenaza no es lo suficientemente fuerte o porque la inspiración es débil. Entornos que no favorecen el cambio: familia, entorno social, ambiente laboral o sociedad que no promueven, apoyan o facilitan nuestro proceso de transformación. Desde objetivos personales como bajar de peso o dejar el cigarrillo, hasta metas más profundas como sanar vínculos familiares, reconectar con uno mismo o replantear el liderazgo y formas de trabajar, todos estos desafíos exigen un enfoque que integre mente, emoción y acción, en un entorno sistémico de ser, poder y hacer. ¿Cómo lograrlo? Paso a paso para un cambio real En Tres60 Consultores, como especialistas en transformación centrada en el ser para el hacer, donde buscamos transformar a las organizaciones a través de las personas, proponemos un camino claro, basado en nuestras metodologías propias QAP®, MOVER® y apoyadas en marcos internacionales como el HCMBOK®, PMBOK®, SCRUM®, entre otras y es por ello que en esta ocasión comparto una base para iniciar ese proceso de cambio personal que muchos desean lograr y que también es adaptable al entorno familiar, social y laboral: 1. Se debe mirar hacia adentro Es necesario hacer una pausa y observar. ¿Qué se quiere cambiar realmente? ¿Cuál es la causa raíz? ¿Por qué? y sobre todo ¿Para qué? Pasos relevantes: Defina el propósito del cambio. Identifique sus motivaciones profundas (no las superficiales y muchas veces visibles a primer impacto). Reconozca qué no está funcionando y qué sí quiere conservar.   2. Observe su realidad y su presente ¿Qué lo impide hoy? ¿Qué lo está bloqueando? ¿Por qué no ha podido ser? Pasos relevantes: Detecte sus creencias limitantes (llegue al fondo del asunto y asuma su parte de responsabilidad). Analice sus hábitos, rutinas y el entorno. Revise sus emociones recurrentes frente al cambio.   3. Verifique sus recursos y capacidades instaladas ¿Con qué cuentas hoy? ¿Qué te falta? ¿Qué apoyo físico o emocional necesito? Y ante lo anterior ¿Realmente necesito ese apoyo o es un “bastón” innecesario? Pasos relevantes: Evalúe su red de apoyo. Defina sus fortalezas internas. Identifique los conocimientos o habilidades que necesita desarrollar. Verifique los recursos físicos y haga de ellos un hecho no limitante. Sea creativo.   4. Experimente a pequeña escala Aplique el método MOVER®, que se resume en: Mirar, Optimizar, Validar, Experimentar y Replicar. Pasos relevantes: Empieza con cambios mínimos viables (CMV). No busques perfección, busca evolución. Aprende del error sin juzgarte. El error es parte del proceso y del aprendizaje, por tanto debe permitirse, disfrutarse, pero sobre todo reflexionar para aprender de él.   5. Replique lo que funciona Lo que te sirvió en una área de tu vida, puede inspirar la mejora en otras áreas. Pasos relevantes: Ancle nuevos hábitos con rutinas claras. Comparta su proceso con personas que lo inspiren. Celebre los pequeños logros: cada paso cuenta. Cuando aplique, apóyese en tecnología.   6. Realice seguimiento y adapte el proceso continuamente para mejorar Cambiar es un proceso continuo, no un evento y por tanto requiere constancia, disciplina, pero sobre todo pasión y amor. Pasos relevantes: Registre su evolución. Aquí en muchos frentes la tecnología es una fuerte aliada. Ajuste el camino según lo que vaya descubriendo. Recuerde: no todo funciona para todos, haga su propio camino y aproveche para si los aprendizajes de otros. Pero el paso más importante y por donde todo comienza es: ¿Está listo para comenzar su cambio desde adentro?   Rodrigo FrancoCEO Tres60 Consultores    En Tres60 acompañamos el proceso Cambiar y como consecuencia Transformar, es una habilidad que se entrena. Llevamos más de 14 años ayudando a personas y organizaciones a darle un giro relevante a su realidad, conectando el ser con el hacer. Si desea impulsar un proceso profundo, auténtico y sostenible en su entorno personal, familiar, social o laboral, aquí estamos para acompañarle, contáctenos

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Transformación Digital en Colombia: un camino estratégico hacia la sostenibilidad y competitividad empresarial

Transformación Digital en Colombia: un camino estratégico hacia la sostenibilidad y competitividad empresarial Colombia ha dado pasos firmes en el proceso de transformación digital de las organizaciones, con un 76% de ellas que ya han iniciado su camino hacia la digitalización, consolidando al país como un referente en la región. Sin embargo, esta evolución va más allá de la adopción de herramientas tecnológicas; representa un replanteamiento integral de las estrategias empresariales, modelos operativos y, fundamentalmente, de la cultura organizacional. Sectores como el financiero y el retail lideran esta transición, impulsados por la necesidad de brindar experiencias diferenciadoras a sus clientes y optimizar la eficiencia operativa, desencadenado efectos positivos tangibles que inciden en los resultados de negocio. No obstante, la experiencia nos demuestra que la tecnología, por sí sola, no garantiza el éxito del proceso. Es así que persisten desafíos que impactan en la materialización de los beneficios que la digitalización promete, entre ellos, y uno de los más relevantes, es la brecha en habilidades digitales que sigue siendo un obstáculo considerable, pues solo el 35% de las organizaciones ha priorizado la formación de sus equipos en estas competencias. A esto se debe sumar la resistencia natural al cambio, alimentada por culturas organizacionales tradicionales y estructuras rígidas que ralentizan la adopción de nuevas formas de trabajo. En este contexto, la gestión del cambio se convierte en un habilitador técnico y en pieza clave para una transformación digital sostenible, en donde lograr que las iniciativas tecnológicas se traduzcan en resultados concretos requiere una estrategia integral que contemple no solo la implementación de soluciones digitales, sino también la preparación emocional y cognitiva de las personas, articulando acciones que, de paso, movilicen a la organización hacia una mentalidad flexible y orientada al aprendizaje continuo. Adicionalmente, desde nuestra experiencia acompañando procesos de transformación en diversas industrias, hemos constatado que aquellas organizaciones que priorizan el factor humano logran transiciones más ágiles, sostenibles y con mayor adopción, en donde la formación de líderes que actúen como agentes de cambio y la creación de espacios de diálogo transparente son prácticas esenciales para superar resistencias y construir confianza, a la par de revisar las estructuras internas para fomentar agilidad y colaboración entre áreas para que en últimas la tecnología se convierta en un habilitador real de la estrategia empresarial. Cabe anotar que la transformación digital no es un proyecto con inicio y fin, sino un viaje continuo que exige a las organizaciones una actitud proactiva para adaptarse a las dinámicas cambiantes del mercado y quienes asuman esta realidad con visión estratégica no solo responderán mejor a los retos actuales, sino que estarán en condiciones de anticiparse a futuras disrupciones. Atendiendo todo lo anterior, la reflexión que planteamos a las organizaciones es clara: ¿Estamos preparados para que la tan nombrada Transformación Digital genere valor sostenible y contribuya realmente a nuestros objetivos estratégicos? La respuesta está en reconocer que la verdadera transformación comienza por las personas, se sostiene en la cultura y se potencia con la tecnología. Rodrigo Franco  CEO de Tres60 Consultores

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Gestión de Stakeholders: De la Resistencia a la Adopción del Cambio

Gestión de Stakeholders: De la Resistencia a la Adopción del Cambio La resistencia de los stakeholders al cambio no es el problema en sí, sino un síntoma de que sus expectativas, percepciones o necesidades no han sido suficientemente gestionadas dentro del proceso de cambio. Desde un enfoque humanista y sistémico, como el que puede encontrarse en el HCMBOK, sabemos que la resistencia es una respuesta natural que puede gestionarse de manera estratégica si se estructura correctamente el proceso de cambio. Sin embargo, es clave entender que la gestión del cambio no es solo un conjunto de tácticas, sino un sistema interdependiente donde liderazgo, cultura, comunicación y percepción de valor, entre otros factores, deben alinearse para lograr un resultado efectivo. Principios clave en la gestión de stakeholders y resistencia al cambio ✅ Mapeo estratégico de stakeholders: Antes de abordar la resistencia, es fundamental categorizar a los stakeholders en función de su nivel de impacto, influencia y postura frente al cambio (Promotores, Inestables o Reactivos). Esta clasificación nos permite definir estrategias personalizadas de involucramiento y debe hacerse con rigurosidad, utilizando herramientas con validez y peso científico que permitan comprender no solo la posición actual de cada stakeholder, sino su potencial evolución dentro del proceso de cambio. ✅ Gestión de expectativas y percepción del beneficio: La resistencia no es solo una cuestión racional; está altamente influenciada por la percepción de ganancias y pérdidas. Un cambio será aceptado más rápidamente si los stakeholders no solo entienden los beneficios, sino que los experimentan progresivamente a través de quick wins estratégicos que refuercen la credibilidad del proceso. Por eso, trabajamos en una narrativa de valor ajustada a cada grupo, que conecte el cambio con sus prioridades y necesidades reales. ✅ Modelo de adopción y refuerzo: Aplicamos estrategias que van más allá de la comunicación y la capacitación. Un plan robusto de gestión del cambio no solo informa, sino que facilita la transición y refuerza los comportamientos deseados. Esto incluye desde sesiones de trabajo con líderes clave hasta la implementación de sistemas de reconocimiento para fomentar la adopción. Intervenciones específicas y efectivas para gestionar la resistencia 🔹 Diálogo bidireccional: No es suficiente comunicar el cambio; debemos abrir espacios para que los stakeholders expresen sus inquietudes y participen en la solución. 🔹 Apalancamiento de influenciadores internos: En cada organización hay actores clave cuya validación es fundamental para que otros sigan el proceso. Identificarlos y sumarlos estratégicamente genera un efecto multiplicador. 🔹 Gestión del impacto emocional del cambio: La resistencia no siempre es lógica; muchas veces es emocional. Aplicamos técnicas de reencuadre y refuerzo positivo para minimizar los efectos negativos del proceso de cambio. 🔹 Liderazgo como motor del cambio: La resistencia se reduce significativamente cuando los líderes actúan como embajadores del cambio. Aplicamos estrategias de alineación y capacitación en liderazgo adaptativo, asegurando que los líderes no solo comuniquen el cambio, sino que lo modelen con su comportamiento diario. Un líder que integra el cambio en su gestión cotidiana genera confianza y reduce incertidumbre. 🔹 Cultura organizacional como catalizador o freno: La resistencia al cambio está directamente relacionada con la cultura existente. Si la cultura predominante favorece la estabilidad y los procesos estructurados, un cambio disruptivo sin un plan cultural de acompañamiento enfrentará mayor resistencia. Evaluamos los arquetipos culturales de la organización y diseñamos estrategias de cambio cultural progresivo, para que la transformación sea sostenible en el tiempo y no solo una iniciativa de corto plazo. 🔹 Comunicación segmentada según el modelo de pensamiento: No todos los stakeholders procesan la información del mismo modo. Aplicamos metodologías como la matriz de dominancia cerebral para diseñar mensajes que resuenen con cada stakeholder, asegurando que la comunicación sea recibida, comprendida y genere acción. Por ejemplo, los perfiles Basal Izquierdo (BI) requieren información estructurada y basada en procesos, mientras que los Frontal Derecho (FD) se conectan más con narrativas inspiradoras y visión estratégica. Esta personalización aumenta significativamente la aceptación y el compromiso con el cambio. Más allá de la implementación, una transformación sostenible Estos enfoques no solo garantizan que el cambio ocurra, sino que se convierta en parte del ADN organizacional, generando resultados sostenibles en el tiempo. En nuestra experiencia como consultores en transformación organizacional y gestión del cambio, hemos visto que el éxito de un proceso no depende solo de una buena estrategia técnica, sino de la capacidad de la organización para conectar a las personas con la visión del cambio, reducir la incertidumbre y crear un entorno de diálogo y confianza. Si en tu organización estás enfrentando resistencia al cambio, podemos ayudarte a diseñar una estrategia de gestión del cambio que transforme la fricción en compromiso y asegure la adopción efectiva. ¿Agendamos una conversación?  

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Transformación cultural y digital: diferencias clave y cómo integrarlas de forma estratégica

Transformación cultural y digital: diferencias clave y cómo integrarlas de forma estratégica ¿Por qué la confusión? En mi experiencia como psicóloga organizacional y especialista en gestión del cambio, he identificado un error recurrente en las organizaciones: confundir la transformación cultural con la digital y tratar de implementarlas simultáneamente como si fueran un solo proceso. Esta confusión genera estrategias mal direccionadas, un uso ineficiente de recursos y, en muchos casos, resistencia por parte de los colaboradores. Aunque ambas transformaciones están íntimamente relacionadas, tienen objetivos, ritmos y enfoques diferentes, y comprender estas diferencias es clave para un cambio exitoso. ¿Qué es la transformación cultural? La transformación cultural es un proceso integral y sistémico que redefine y alinea los valores, comportamientos y dinámicas internas de una organización para adaptarse a nuevos desafíos y objetivos estratégicos. Este cambio tiene como eje central a las personas, buscando transformar la forma en que interactúan, toman decisiones y trabajan en equipo, entre otros factores. No es un proceso rápido; su consolidación puede llevar meses o incluso años, dependiendo de la magnitud del cambio necesario y del nivel de compromiso de los líderes y colaboradores, además de – en la actualidad – irse adaptando según las dinámicas internas y externas. En cuanto a los indicadores de éxito se incluyen entre otros: una mayor satisfacción de los colaboradores, reducción en la rotación, mejora en el desempeño organizacional y la alineación de los valores con las acciones diarias de la empresa, para en últimas incidir en la generación de valor, sostenibilidad y proyección de la organización. ¿Qué es la transformación digital? Por otro lado, la transformación digital está enfocada en la incorporación de tecnologías avanzadas que optimizan procesos, mejoran la eficiencia operativa y aumentan la competitividad en un mercado cada vez más dinámico. Aunque está impulsada por herramientas tecnológicas, su éxito depende en gran medida de la disposición de las personas para adoptar y apropiar esas tecnologías de manera efectiva y eficiente. En este punto es donde la transformación cultural se convierte en un habilitador clave, ya que, prepara a los equipos para integrar los cambios tecnológicos en su trabajo diario y genera con el uso una forma nueva de trabajar que termina incidiendo en hábitos y comportamientos. ¿Trabajarlas en simultanea si o no? Implementar ambas transformaciones en paralelo puede generar problemas significativos en términos de recursos, tiempo y sobrecarga organizacional. Este enfoque exige una alta inversión financiera, tecnológica y humana, lo que puede derivar en equipos saturados y mayor resistencia al cambio, sin embargo si existen las capacidades instaladas y un correcto nivel de priorización puede llevarse a cabo. Además, la atención dispersa en dos procesos en paralelo, si no se sintonizan y orquestan adecuadamente, diluye el enfoque estratégico, incrementando el riesgo de fallar en uno o ambos frentes. Por lo anterior, en muchos escenarios es esencial priorizar y secuenciar estos procesos de manera complementaria para asegurar su éxito y viendo en qué punto se paralelizan y en cual no. Ahora bien, yendo a las realidades de los actuales tiempos, podemos optimizar el proceso desarrollando un escenario de, por ejemplo, transformación digital, en el que se suman componentes culturales que van impulsando el escenario. Modelo ideal para la integración exitosa de ambas transformaciones El enfoque más efectivo es iniciar con la transformación cultural como base para sostener la digital. Esto implica trabajar primero en fortalecer la mentalidad de cambio en los colaboradores, promover una cultura de aprendizaje continuo y alinear los valores organizacionales con los objetivos estratégicos, así como con los parámetros de eficiencia operativa que se requieran. Una vez que se haya construido esta base cultural, la transformación digital puede integrarse como una herramienta para amplificar los resultados deseados de forma progresiva y sostenible. Algo similar pasa en el escenario de querer llevar el agilismo a una organización. Beneficios de este modelo Al implementar primero la transformación cultural y luego la digital, la organización logra optimizar recursos, reducir el estrés en los equipos y mejorar la adopción tecnológica. Este enfoque permite que los cambios sean más fluidos y que los equipos estén mejor preparados para integrarse en las nuevas dinámicas operativas, con resultados estratégicos más sostenibles, ya que ambas transformaciones trabajan en sinergia, impulsando el desarrollo humano y tecnológico de la organización. Anotado lo anterior y viendo la dinámica actual de las organizaciones el reto es como poner a conversar de manera alineada y armónica ambos procesos en tiempo, alcance, costo y otras variables adicionales propias de estos contextos, para lograr optimizar la ejecución y el logro del resultado deseado. ¿Tu organización se ha preguntado esto para prepararse para el futuro? Aporte basado en la experiencia He aprendido en mi día a día que el éxito de cualquier transformación radica en las personas. Una organización que se enfoca primero en construir una base cultural sólida está mejor preparada para adoptar herramientas digitales y aprovechar al máximo su potencial. Este enfoque no solo garantiza la sostenibilidad de ambas transformaciones, sino que también asegura que el cambio se produzca de manera consciente y alineada con los objetivos estratégicos de la organización. Sin embargo la premura y necesidades de la dinámica del mercado, muchas veces nos lleva a escenarios adversos y poco favorables y es allí donde para hacer que la magia suceda se necesita un enfoque sistémico y con una visión holística que, basado en la experiencia y el conocimiento, permita hacer una sinergia total de estos dos mundos. Escrito por, Sandra Leiva.

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Generando valor y transformación sostenible

Generando valor y transformación sostenible Generando valor y transformación sostenible En un mundo organizacional dinámico, en donde la adaptabilidad y la innovación son esenciales para sobrevivir y prosperar, Tres60 Consultores se ha consolidado como un aliado estratégico para aquellos que buscan una transformación significativa y sostenible. Nuestra metodología única, basada en marcos internacionales y herramientas personalizadas, no solo asegura la ejecución exitosa de iniciativas estratégicas, sino que también potencia el valor esperado de cada proyecto. Un enfoque integral y sistémico Nuestra metodología combina lo mejor de estándares globales, como el HCMBOK, el PMBOK, y otros de entornos ágiles como SCRUM, con nuestras propias aproximaciones innovadoras, como el QAP (Quick Adoption Process) y el método MOVER (Mirar, Optimizar, Verificar, Experimentar y Replicar). Este enfoque nos permite abordar proyectos desde una perspectiva sistémica humanista que integra dimensiones clave como: Cultura organizacional: redefinimos comportamientos deseados y observables que configuran una cultura alineada con los objetivos estratégicos. Tecnología y procesos: fomentamos la adopción de herramientas digitales e Inteligencia Ampliada que optimizan la productividad. Gestión del cambio: actuamos como facilitadores para superar resistencias y garantizar la adopción efectiva de nuevas prácticas. Impacto tangible en los resultados de nuestros clientes Nuestra experiencia en proyectos de alta complejidad y nuestra capacidad para abordar múltiples actividades en cada intervención, nos permite garantizar impactos medibles en las organizaciones. Los beneficios incluyen: Reducción de costos y riesgos: mediante la gestión integral de impactos, prevenimos desviaciones en plazos, alcance y presupuesto. Incremento de la eficiencia organizacional: con un enfoque centrado en el ser humano, promovemos un proceso de cambio y transformación sostenible y equilibrado. Aceleración en la obtención de resultados: nuestra metodología QAP imprime cambios mínimos viables que generan valor desde las primeras fases del proyecto. Metodología centrada en el valor Nuestra forma de vivir y trabajar no es un conjunto de pasos rígidos, sino un marco adaptable que prioriza el valor en cada etapa, pero dentro de una marco estructurado que permite dar confiabilidad y trazabilidad al proceso en cada momento. Así mismo, desde el análisis de diagnóstico inicial hasta la implementación y seguimiento, involucramos a todos los niveles de la organización en un proceso colaborativo, esto asegura que los cambios sean no solo efectivos, sino también apropiados y sostenibles en el tiempo. Por ejemplo, mediante talleres interactivos y estrategias de comunicación integrales, logramos fomentar la co-creación y la apropiación entre los colaboradores. Esto, combinado con herramientas tecnológicas como el HCMBOK Tools, facilita la gestión, además del monitoreo continuo para asegurar el cumplimiento de los indicadores clave definidos (KPI´s o KBO´s). Transformación centrada en el ser En Tres60 Consultores, entendemos que el éxito de cualquier transformación organizacional depende de las personas. Por eso, nuestras soluciones se diseñan para empoderar a los equipos, fortalecer sus habilidades y crear un entorno donde cada colaborador se sienta valorado y comprometido. Este enfoque humanista nos distingue como líderes en cambio y transformación organizacional en América Latina, ya que buscamos cumplir con nuestro propósito en cada intervención: Transformar a las organizaciones, a través de las personas. En Tres60 Consultores, nuestra misión no es solo gestionar el cambio, sino transformarlo en una herramienta para construir un futuro mejor. A través de nuestra metodología, no solo resolvemos problemas, sino que generamos oportunidades, impulsamos la innovación y creamos valor duradero para las organizaciones. Escrito por, Rodrigo Franco

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